Cuando somos niños, y hasta aproximadamente los 6 o 7 años, nuestro cerebro genera nuevas conexiones entre neuronas (sinapsis) que lo convierten en un autentica olla a presión llena de ideas, imaginación, sentimientos…Tras ello, el cerebro deja de funcionar al mismo ritmo y establece la que serán las bases de nuestra mente. Esto significa que durante esa efervescencia sináptica los niños tienen una capacidad mayor para asimilar conocimiento y absorber todo tipo de estímulos; además, aún no tienen las estructuras del castellano (o de su lengua natal) tan asimiladas y jerarquizadas como para que, al aprender otra lengua, ambas entren en conflicto y la primera dificulte la asimilación del nuevo idioma.
Por ello, es importante que estimulemos su aprendizaje durante este periodo, y una de las mejores maneras de hacerlo es enseñándoles una nueva lengua puesto que, además del beneficio social, profesional o de cualquier otra índole que les supondrá en el futuro, trabajar con un nuevo idioma les sirve de entrenamiento mental y ayuda a ejercitar su memoria.
Todas estas razones contrastan con la realidad que se da en nuestro país: 2 tercios de los estudiantes no manejan de manera correcta el inglés tras finalizar la ESO.
Cuanto antes, mejor
Una buena opción para evitar que un niño llegue a la situación expuesta en el anterior párrafo es enseñarles el nuevo idioma cada vez mejor, aunque teniendo en cuenta siempre que pueden ser edade tempranas en las que estimularles dependerá de la capacidad para llamar su atención que tengamos: la música o los juegos suelen ser buenas maneras de ir introduciendo la nueva lengua en su entorno y de que los niños vayan familiarizándose con ellas.
Otra de las razones para que el niño aprenda cuanto antes un nuevo idioma es que se ha comprobado que, a esas edades, aprender una o dos lenguas no les supone una mayor dificultad y que no mermará su capacidad de asimilación y uso: a edades tempranas, ambos idiomas se almacenan en la misma parte del cerebro, mientras que cuando somos adultos necesitamos utilizar dos diferentes.
Como si fuese castellano
No necesitamos enseñar al niño inglés como si se tratase de otro idioma, porque para ellos ese «otro» no existe, y las pautas de aprendizaje han de ser las mismas; en muchas ocasiones nos empecinamos en enseñarles un vocabulario excesivo, cuando lo realmente importante es que el niño interiorice las estructuras del idioma, pues teniendo las bases establecidas sustituir una palabra por otra será lo de menos.